ni cómo viene la mano de poker.
A este tipo le gusta jugar confundiendo.
corriendo las manos,
arriesgando aquello que no se tiene para ver hasta donde estiramos el elástico.
Dios es un tipo paciente,
nosotros no lo somos.
Goza jugando con esto y se ríe.
Por lo visto, le encanta reírse.
Goza con nuestros tropiezos.
Sabes, la verdad es que creo que
Dios no se preocupa por nosotros,
él es perfecto; nosotros mortales.
Ahí le sacamos ventaja.
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