sábado, 17 de julio de 2010

Canibal

la mordí
le comí las orejas
la lengua
el caramelo de su boca,
saborié el té rojo de sus pezones,
el jarabe de sus labios.
deslicé mis manos por entre sus montañas
de azúcar
y llegué a disfrutar el manjar
de sus uñas.
las asé con el calor de mi cuerpo.

Dios! qué festín!

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