sábado, 5 de marzo de 2011

Bienaventuradas

acostado,
encantador de serpientes
y domaduras atléticas.
náufrago del ensueño,
maldito del recuerdo,
que persigue mientras se duerme
en el vuelo sonámbulo
del pesar infinito,
ese noctámambulo poema
que derriba las enseñanzas
prístinas del cielo.
yo no estoy aquí para acabar bajo
el piso,
yo intento caminar sobre
el agua para elevarme
ante el nombre del
sueño
que invade las ideas
una vez muertas las razones.

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